"La juventud de un ser no se mide por los años que tiene, sino por la curiosidad que almacena". Salvador Pániker, ingeniero industrial, filósofo y escritor español; enunciaba de esta manera una forma de definir un parámetro para medir la juventud de un ser.
Me ha dado qué pensar esta cita. Realmente siempre he visto con ojos de admiración a esas personas ya entradas en la tercera edad que se apuntan a cursos, a actividades de todo tipo y no quieren estarse quietos. Para qué tanta molestia si ya han cumplido con sus años de trabajo, que se dediquen a descansar. Y ahí está el problema, el descanso.
Se ven distintos, una persona de avanzada edad que se mueve, que se interesa por aprender cosas nuevas, que sale de casa muy a menudo para ir aunque sólo sea a dar un paseo, se le ve mejor que a la persona encerrada en casa, encerrada con su rutina. Se ve más joven al primero, o por lo menos sí es más joven de espíritu.
La curiosidad permite mantener despierto al mayor de nuestros músculos; ese que ni las pesas ni el deporte permiten entrenarlo o mantenerlo en forma. El gran desconocido cerebro humano. Se ha comprobado que las personas activas tienden a tener menos problemas de salud a esas edades. Seamos curiosos pues, parece que al cuerpo y a la mente les sienta bien.
Por dar más datos de Salvador Pániker, decir que es el presidente de la
Asociación Derecho a Morir Dignamente. Un tío interesante la verdad.