15/10/10

De los momentos vividos y padecidos

De los momentos vividos y padecidos, momentos que nos guste o no, nos demuestra que estamos vivos.

Nos enseñan que la sangre que corre por nuestras venas, arterias y capilares, no es un mero combustible que permite que nos movamos. Sino que es un transmisor de sensaciones; un medio para llevar a cada recodo de nuestra fisionomía, un pedazo de una emoción que en ocasiones hace estremecer todo nuestro cuerpo.

La tendencia de la gente es la de valorar todo lo que le ha ocurrido y clasificar esos hechos como positivos o negativos. Pero poca gente es capaz de valorar lo importante de todos estos sucesos y recuerdos; lo importante de lo vivido. Se pase bien o se pase mal, todo lo que nos ocurre y sentimos  nos demuestra que estamos vivos, que somos seres con la suficiente capacidad como para sufrir, para divertirnos, alegrarnos, entristecernos, cabrearnos y sentir toda una serie de emociones, que nos dintingue como humanos.

Quedémonos pues con lo vivido y sentido; y no lo clasifiquemos como algo bueno o algo malo; sino como algo vivido y aún presente, o como algo vivido y ya superado.


13/10/10

De recuerdos y melodías

De recuerdos y melodías está formada una parte de nuestra mente dedicada al hecho de recordar.

Todos acumulamos recuerdos que juntos forman nuestra biografía. Pensamientos e imágenes subjetivas de hechos ocurridos en nuestro pasado reciente y antiguo; que permiten definir quiénes somos, cómo hemos vivido hasta el momento actual y hasta cómo hemos interpretado cada hecho ocurrido, si tenemos la ocasión de compartir esos mismos recuerdos con personas cercanas a nosotros en esos momentos; la eterna comidilla de "pues yo pienso que pasó así ".

Son curiosos los mecanismos de nuestra mente para recordar, ya que, dependiendo de cada individuo, estos mecanismos varian. Una melodía, un color subrayando un texto, una imagen, otro recuerdo, un perfume, una voz, un sonido e infinitos mecanismos más que hacen de nuestra mente un recopilador y archivador de hechos realmente impresionante.

Muchas son las técnicas nemotécnicas que pretenden conseguir el educar a este gran archivo nuestro, todas ellas relacionadas con el uso de algunos de los mecanismos mencionados en este texto. 

Curiosa nuestra mente y curioso código de clasificación el que usa. No me imagino ir a una biblioteca pública y tararearle una canción al/la funcionario/a del lugar para poder sacar el último libro de un autor. O preguntar en una tienda por un producto en stock y subrayar un texto en una tarjeta de visita del local para referirme a ese producto en concreto que quiero comprar.

Así pues, cultivemos el sano arte de recordar; aunque por momentos, el olvido se dibuja como un necesario traspapeleo en el archivo de nuestra mente.