21/1/14

No se puede ser romántico en este país.

Hollywood siempre está dispuesto a poner en la cartelera de los cines, una comedia romántica. El argumento básico: chico conoce a chica, chico y chica acaban viviendo un momento mágico que los une; y cuando todo parace que va rodado, el chico la caga y cabrea a la chica. La prota se da a la fuga, coge un vuelo a otro estado, acepta un trabajo en el extranjero o se va a casa de una amiga/hermana.

En la parte final de la historia, el chico se pone las pilas y se declara después de reconocer que es un completo idiota, paso previo a parar el tráfico de una gran ciudad, arriesgar la seguridad vial a base de saltarse semáforos en rojo; o hacer un mal uso de las escaleras de incendio, al ver que no le abren el portal.

Bien, pues en España no se puede ser romántico, "hollywoodiensemente" hablando, claro. Imaginemos un típico conjunto de escenas típicas. En plena calle, levantas un brazo con la mano bien arriba, la otra mano la llevas a la boca para silvar y después, gritas lo de "¡Taxi!" Y nunca aparece un coche amarillo. Como mucho consigues que te miren mal.

Si apareciese un taxi, no lo conduciría un inmigrante dispuesto a perder su visado a base de multas de tráfico por exceso de velocidad, semáforos en rojo saltados y algún que otro delito contra la seguridad vial, bajo el grito de "El amor de mi vida está a punto de coger un vuelo a la otra punta del país, ¡Corra!". El taxista que nos aparece, es un taxista español, que arrancará bajo la frase: " así que tiene prisa, voy a coger un atajo ..."; bajada de bandera, arrancando coche saltándose una línea continua y vueltecita larga por el atajo. Rompiendo el espacio tiempo para convertir un atajo en un tour por la ciudad "para evitar los atascos".

En cuanto llega el taxi al aeropuerto, toca pérdida de glamour. El taxi no te deja en terminal internacional de New York, te deja en la zona de salidas de Lavacolla. No, no es lo mismo, las cosas como son.

el prota corre al control, se salta la cola sin que le digan nada, sin que nadie le proteste, sin que nadie intente frenarlo, se salta la cola sin más. Pasa por el arco de seguridad, pita por todo el metal que lleva encima y lo paran. Allí cuenta su historia de amor, y que va a perderlo por idiota, y lo dejan pasar. De las tres granadas de mano y el rifle de asalto, ya hablarán después. En España, las colas siguen modelo Calcio, se va de uno, del segundo sale tocado, el tercero lo lleva al suelo. Por no hablar de que como tengas la más mínima pinta rara, no te libras del cacheo, bandejita con cartera, cinturón, llaves y zapatos al lado, y bordería al canto de los de seguridad.

Ya estamos en la terminal, el prota se acerca a las azafatas de tierra, les pide que llamen al avión y que no arranque, que paren los motores, sabe que ya han embarcado todos los pasajeros, porque lo de llegar con tiempo no tiene sentido en Hollywood. Las azafatas lo miran con cara de "estás de coña, ¿no?". Desesperado porque va a perder a la futura madre de sus hijos, les cuenta un resumen de su historia, de cómo la cagó y que no puede dejar que se vaya en ese avión sin antes pedirle perdón y declararse. Las azafatas se miran, lo miran, se miran de nuevo con cara de "quiero un chico así", y llaman al piloto del avión para que eche el freno de mano (o lo que tengan los aviones), y dejan subir al prota al avión. Busca a su chica, suelta el discursito de marras delante de todo el pasaje pidiendo perdón y declarándose; presión del resto de pasaje a la chica para que lo perdone, perdón de la chica, beso de película, y aplausos de todo el avión; azafatas, piloto y copiloto incluido. ¡¡¡Precioso !!!!!

Aquí no hace falta parar el avión, ya lo ha hecho una huelga de controladores aéreos, una de pilotos, o el simple retraso de los vuelos. Por fin nos favorece algo, que ya tocaba. La escena ya pierde, porque el discurso lo sueltas en plena T4 de Barajas, en lugar de un Boing "vete tú a saber qué número", uno muy grande, con muchos asientos. Pues eso, ya pierde, no es lo mismo. Chico suelta discurso tipo película, la gente mira con cara de "vaya mamarracho, ni que esto fuera una película", la chica se muere de vergüenza; chico se acerca por su beso de película, y toca aplausos, en concreto, los que le da la chica en la cara por hacerla pasar semejante mal rato. Casi tenemos lo mismo, casi, faltan algunos detalles.

No, no se puede ser romántico en este país. Chicas, no digo que os conforméis con una rosa de los chinos una noche de borrachera; pero tampoco os esperéis una avioneta pintando una declaración de amor en el cielo.