6/12/11

Capítulo Tres. Cavilaciones en la ducha.

Esta noche pasada he vuelto a sentir ese vacío que me persigue en algunas noches de Livorno. Esa necesidad no cubierta de dormir abrazado a la cálida figura de una mujer. Ese calor que sólo una fémina que te tiene cariño es capaz de darte. el dormirme con la cabeza apoyada en unos firmes senos, mientras su mano acaricia mi pelo con suavidad y su dulce voz me desea buenas noches.

Extraño escuchar esa voz, esas palabras. "quiero que me prometas que vas a soñar conmigo; quiero cuidarte incluso cuando entras en tu mundo". Esas frases susurradas que conseguían que todos los males del mundo desaparecieran; que nada, salvo ese momento, importase. Frases y gestos que me devolvían del altar al que me había subido yo mismo, que me devolvían a la realidad. Y todo para descubrirme que es lejos de los lujos y del glamour en donde yo podía ser realmente feliz.

Me sobraban los apartamentos, el loft, el coche deportivo, los gadgets de última generación, la ropa de diseño, hasta la ropa interior de marca me sobraba; siempre que cada noche tuviera mi ración de mimos de una mujer, de esa mujer.

Se ve que no todos sabemos amar, aunque lo pretendamos. Que el miedo a los cambios sea más fuerte que el cubrir la necesidad de que una persona nos quiera por como somos; incluso sea más fuerte ese miedo que la necesidad de poder ser nosotros mismos delante de alguien, sin el menor riesgo a que nos delate o nos ataque. Algunos parece que nacimos para vivir y morir solos; porque lo que mejor hacemos, es alejar de nuestro lado a las pocas personas que deciden aguantarnos, aceptarnos y vivir con nuestras rarezas.

29/11/11

Capítulo dos. Mi nueva y tranquila vida (II)

- ¡ Marcooooo ! ¡ Qué te he dicho miles de veces !

Abro medianamente los ojos y miro la hora en mi despertador; las siete y treinta y dos minutos de la mañana.

-¿Qué pasa ahora, loca?
- Has vuelto a decirle a tu "amiguita" que use mi baño, ¿no?
- Y qué quieres, ¿que use el de Gabriel y mío?
- ¡Ésa es la idea! ¡Miraaa ! Si aún va a resultar que hay un cerebro debajo de esa mata de pelo. Y lo que más me sorprende, la gomina no lo ha matado del todo.
- ¡Oye! El baño de los chicos es de los chicos, no pretenderás que una mujer lo use, ¿o sí?
- Quizás, si lo limpiaras, o directamente, si no lo enguarraras, cualquier persona podría usarlo sin tener que vacunarse de sabe Dios qué cosas.

Abro de todo los ojos; siete y treinta y seis minutos y siguen los gritos en el pasillo. Un par de minutos más y se hace el silencio. Bien, ahora que parece que ha pasado la ventisca matutina, aprovecharé para levantarme.

Justo enfrente de la puerta de mi habitación, está la puerta de la habitación de Marco.

- Buenos días, ¿cómo va eso de tapar el perfume de mujer con tu colonia?
- Jeje, no es por eso Gabriel, sólo que me gusta este olor en mi habitación.
- ¿Chica nueva? ¿O es que una de las habituales ha cambiado de perfume? No me suena este olor de fondo.
- ¿Cómo? aún huele a ..., a ..., a esta chica de anoche. Si no puede ser; echaré más colonia.
- No no no no, no huele a ella, por favor, no eches más colonia, no quiero tener que pasearme con mascarilla por casa. Soy yo, que tengo un olfato muy bueno; el sabueso que me llamaban en el colegio.
- Ya decía yo, que muy normal no eras, jejejeje.

No sé porqué se empeña en hacer eso de matar perfúmenes con su maldita colonia. Hay días en los que si enciendes un mechero en su habitación, podrías quemar medio barrio.

- ¡Gabriel! Dile a eso que llamas compañero de piso que ya está bien de que le diga a sus ligues que use mi baño.
- Buenos días Lucía, ¿qué tal has dormido?
- ¡Gabriel! Dile a la loca ésa que se puede ir a la mierda.
- Cuando alquilé la habitación, no sabía que tenía servicio de despertador incluido. ¿Dónde está el mando para cambiar la melodía? Quiero otra música para despertarme; vuestros gritos no son nada armónicos. Aunque reconozco cierto virtuosismo en ellos.
- Gabriel, no me vaciles, la culpa es del mono follador.
- Ya está la otra, cuando quieras te enseño el porqué de tantas "amiguitas", soy un bien a compartir por todas las mujeres, cielo.
- ¡Vuelve a llamarme cielo y... !
- Yyy me voy a la ducha. Si os matáis, que sea algo limpio, la sangre es muy difícil de limpiar.
- Pero si es él el que ...
- Hasta ahora Lucía. Nos vemos Marco.

Menos mal que me queda paciencia y filosofía para aguantarlos. A darse una buena y tranquila ducha; vestirme, desayunar y a pelearme con Antoni para que me deje hacer unas fotos al estilo de ese tal "Gabi Déniz" que es tan bueno. Aunque me imagino que tocará lo de siempre, colocar focos, hacer mediciones, etc.; ese tipo de cosas que hace un ayudante de fotografía.

20/11/11

Capítulo dos. Mi nueva y tranquila vida (I)

Acabé en un piso en Livorno, pagando a medias alquiler y recibos con dos autóctonos de la Italia profunda.

Marco sigue pensando después de todo este tiempo, que con la música alta no se escucha su somier cuando disfruta de la compañía de sus amadas amantes y sus ligues de una noche. Reencarna todos los estereotipos del macho italiano, machista y ligón. Con su sonrisa pícara y seductora pintada en la cara en cuanto presiente que alguna fémina se acerca a su radio de acción. La verdad es que es una risa casi constante, trabaja en una cafetería en donde la clientela femenina es bastante habitual a cualquier hora.

Lucía es una administrativa feminista y progresista. Las discusiones y broncas entre Marco y ella son una constante del día a día; y por suerte, ella no tiene que compartir baño con el galán como me toca a mi. Tengo la teoría de que tanta discusión y tanta bronca de Lucía a Marco, es sólo una forma de auto-engañarse a sí misma, decirse que no está enamorada de él, que no siente nada por ese orangután italiano; "ese animal debería estar en una pocilga con sus hermanos los cerdos, revolcándose en su propia mierda", esa creo que fue la frase más amable que utilizo la niña de la casa, para referirse al vida alegre de su compañero. Aunque su cara al ver a una nueva chica en el piso saliendo de la habitación de ese orangután, la delatan.

Y el tercero en discordia soy yo, que vivo de unos ahorros que me quedan después de mi bancarrota profesional y de lo poco que gano como ayudante de un fotógrafo bastante tradicional, que hace alarde de seguir utilizando su reflex Minolta Dynax 50si. "La era digital es la cadena a muerte del arte de fotografiar", esta frase acompañada de un gesto altivo, hacen de Antoni todo un clásico fotógrafo de la Toscana.

Nunca le he confesado que antes de llegar a Livorno, fui uno de los más consgrados fotógrafos de la "Era Digital". El mejor día de mi trabajo aquí, fue cuando Antoni me invitó a aprender a fotografiar como un tal "Gabi Déniz" que salía en una vieja revista de fotografía que había llegado a sus manos, aún no sé bien cómo. "Sus fotos digitales tienen el arte de una buena foto analógica, Gabriel. Cuando consigas ese arte con tus fotos, dejaré el negocio en tus manos". Algún día le pediré que me haga un contrato, a ver qué cara se le queda al ver que está contratando a Gabriel Déniz, de momento lo de ganar en negro, me viene mejor.

28/10/11

Capítulo Uno. Un pequeño avance.

Aún recuerdo ese día en que tu mirada me acariciaba minutos antes de que fueran tus manos las que, poco a poco, me quitaban la ropa para que tus labios pudieran besar me cuerpo cada vez más desnudo.

Ahí fue donde empezó mi cúmulo de obsesiones que, en un alarde de decisiones precipitadas me han llevado de un ático en new York, a un piso compartido en una ciudad italiana. Obsesiones que han conseguido que abandonara mi estudio fotográfico, en donde recibía a las más variopintas personalidades del papel couché, en busca de una foto firmada por mi, a simplemente sacar de paseo una cámara para fotografiar por puro entretenimiento.

He de reconocer que, lejos de una macro-metrópoli y lejos del supuesto glamour de los focos y cámaras de última generación, me he encontrado con una calma que se me antoja adictiva. Aunque nunca había entrado en mis planes estar tan lejos del que fue mi lugar de nacimiento, tan lejos del que fue mi hogar y mi lugar de trabajo, ni tan lejos de la vida con la que siempre había soñado desde que aquella cámara Leica M4-2 llegó a mis manos; pobre del turista que la perdió, no sabía que su cámara comprada por capricho, se convertiría en mi mejor amiga, y motivo de mis ambiciosas pretensiones de vivir de la fotografía.

4/9/11

¿ Usted solo?

Hay una pregunta que me ha perseguido estas vacaciones: "¿ usted solo?"

Pues sí, he viajado solo, he cogido el teléfono y he reservado una única habitación individual en un hotel perdido. Hice la maleta, la guardé en el maletero del coche, me subí al coche, y allá que me fui yo solo.

No sé de que se extraña nadie, lo raro es no oir más a menudo que alguien se vaya solo por ahí. Considero que la gente necesita dedicarse un tiempo a si mismo, a desconectar y desintoxicarse de su día a día.

El ritmo que se lleva hoy en día no deja que una persona se separe del mundo; redes sociales, móviles con conexión a internet, aplicaciones para esos mismos aparatos, correos electrónicos sincronizados en el móvil, bombardeo de eventos en tus cuentas de redes sociales tentándote a ir a un sitio u otro; y todo un sinfín de elementos que hacen de nosotros seres "enchufados" continuamente.

Por eso me he buscado un hotel fuera de cualquier ciudad, en donde todavía no he preguntado si tienen conexión a internet; y me he venido con un móvil que sólo permite llamadas y mensajes.

Un pequeño lujo el encontrarte en un enclave natural, coger el móvil para mirar la hora ( ni reloj me he traído ) y fijarte en que no hay cobertura. Aunque lo que sí se agradecería es que la televisión del hotel sintonizara algún canal más que el Disney Channel.



20/2/11

Puro ecologismo

Me han convencido, me voy a poner a arrimar el hombro para ayudar a salvar el ecosistema del planeta. Me voy a volver ecologista.

Ya he empezado. El primer paso que he dado es el de llenar la cocina de cubos de basura. Me he puesto a reciclar, y para ello me he comprado la típica historia con tres cubos y otro cubo de basura a mayores. Separé el vidrio, lo orgánico y los envases ligeros y dedico el cuarto cubo para tirar lo que no sé en dónde va. Pienso que algo va mal, que se me escapa algo, porque sólo lleno el cuarto cubo de basura.

Otra cosa que he hecho es caminar más y dejar el coche en casa. Bueno, igual lo de dejar el coche aparcadito no es tanto por ecologismo, y es más por los sablazos que me meten al poco después de decir la frase de " lleno, por favor". Algo tan simple como esta frase, que tiene más de educación que de acción misma. En ese momento, en cuanto terminas de decir el "favor" de la frase, el encargado del surtidor de la estación de servicio; vamos, el tío de la gasolinera; se le ilumina la cara, se le dibuja una sonrisa diabólica y en sus pupilas aparece el símbolo del euro en color billete de cincuenta euros. Sé que por su mente, en esos momentos, pasa la frase " ¡¡ Te voy a sablar, pequeñooo !!"

Las dos únicas cosas buenas de tener que madrugar más por dejar el coche en casa, de pelearte por subir a un autobus urbano cuando se te pegan las sábanas y vas con el tiempo justo para llegar sólo quince minutos tarde, y demás aventuras y desventuras de no disponer de coche propio; es que la cartera mantiene más o menos una línea, con altibajos, pero en su línea, sin sables que la corten y la dejen ligerita, como pasando hambre a la pobre, que le quitan los pocos billetes que la alimentan, que tampoco es ella de pegarse atracones; si eso, algún que otro billete de veinte de vez en cuando, para darse un capricho. Y como no, la otra cosa buena, es el tipín que se me está quedando de correr para llegar a coger el bus, de pegarme sprints para llegar al curro cuando pierdo el bus, y los paseos, tranquilos paseos de vuelta a casa amenizados por los insultos que siempre le regalo mentalmente a mis jefes.

Ya lo más drástico que he planeado para colaborar con el medioambiente, es la idea que he tenido hace unos momentos: voy a cambiar un elemento consumidor de energía eléctrica, por un consumidor de paciencia. Sí, me he planteado el dejar de usar el radiador de mi habitación, y echarme novia formal, que sea ella la que me ayude a no pasar frío por las noches.

Todavía tengo que estudiarlo con calma y baremarlo bien. Tampoco quiero agobiarme desde el principio con el tema éste de volverme ecologista, mejor ir por partes. Bueno, vale, no tengo mucha paciencia para abastecer a una mujer; consumen mucha y los costes asociados son muy altos. Por cierto, si alguien conece a algún psicólogo hombre, con sesiones a buen precio, que me lo comente para tenerlo en cuenta a la hora de hacer cuentas para ver si me compensa echarme novia o no.

Bueno, y con tanto cambio, también se me ha pasado por la cabeza la idea de hacerme no sólo ecologista y salvar ballenas y árboles, sino también hacerme vegetariano y salvar a todo el reino animal, políticos no incluidos, tampoco hay que cegarse en este tipo de convicciones. Pero bueno, lo dicho, mejor ir por partes, ir poco a poco. Tengo la esperanza de que, a base de transgénicos, se consiga que los brotes de soja tengan sabor a chuletón de buey.

Cuidemos nuestro planeta, todavía no tenemos otro para destrozar, expoliar y matar poco a poco.


9/1/11

Sueños robados

Sueños robados por gente extraña, que lejos de soñar sus propios sueños, roban los de sus semejantes.

Viven ilusiones de gente ajena, rompiendo la ilusión pretendida, para sentirse mejor, para compartir penas.

Amargan a quienes los rodean, buscando humillarlos para dominar y cambiar cómo piensan.

prefieren la soledad a torcer el brazo; orgullosos de tener siempre la razón, aunque nunca se paran a argumentar.

Residen entre nosotros, soñadores, que lejos de dejar nuestros sueños, ilusiones y pretensiones a buen recaudo, nos acercamos a esta gente. Y digo gente, por llamarles algo.